Desde mi celda doméstica
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martes, 14 de julio de 2015

LÁMINA Y MENSAJE (71)



Encuentro de Jacob y Raquel


La escena viene narrada en el capítulo 29 del Génesis. Una gozada. 
Junto al pozo que, luego, llevaría su nombre, Jacob hablaba con unos pastores, a los que preguntó por su pariente Labán, cuya hija, Raquel, se acercaba en ese momento al pozo para abrevar a sus ovejas, pues era pastora. Jacob le ayudó a quitar la piedra del pozo, tras haberla besado, pues eran primos hermanos. Y se enamoró locamente de ella. 
Jacob hubo de servir catorce años a su tío Labán para poderse casar con Raquel, de la que tuvo como hijos a José y a Benjamín. Los otros diez los tuvo de Lía, la hermana mayor de Raquel, y de sus esclavas.
Toda persona enamorada sabe exactamente el momento y lugar en que se encontró con la persona amada, y cómo ese amor le dio fuerza para afrontar toda clase de sacrificios; porque, sin amor, todo sacrificio se hace insoportable. En cambio, el amor todo lo facilita y suaviza.

Alfonso Gil González
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