Desde mi celda doméstica
Buscando...
lunes, 3 de agosto de 2015

LÁMINA Y MENSAJE (91)



Jesús curando a un endemoniado

Varios son los casos de endemoniados que fueron sanados por Jesús, según nos narran los Evangelios. Daba igual el día de la semana, aunque fuera sábado.
Un endemoniado no es más que alguien que tiene malos espíritus, malos pensamientos, diría yo. Y esto parece afectar a la totalidad de los mortales, exceptuados, naturalmente, aquellos pocos que ya han alcanzado eso que podemos llamar “la santidad”.
Y malos pensamientos, algunos con consentimiento absolutamente voluntario, son los referentes al desprecio de los demás, los de vanidad, los de orgullo, los de racismo, los de ira, los de rencor, los de envidia, los de soberbia, los de venganza, los de lujuria, los de ambición, los de poder, los de falsa humildad, etc…
Ahora bien, si estamos endemoniados de alguna u otra manera, vayamos a Jesús y gritémosle que nos libre de nuestros demonios, de nuestros malos pensamientos, de nuestros deseos inconfensables; en fin, de nuestra estupidez.

Alfonso Gil González
Compartir en :
 
Back to top!