Desde mi celda doméstica
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martes, 29 de septiembre de 2015

AMADEUS - 17

Fuego e Impromptus

Se seguía escribiendo sobre el lamentable incendio del Teatro del Liceo, ocurrido el 31 de enero de 1994.
Eso suscitaba esperanzas de un nuevo teatro en que los grandes Conciertos fueran posibles nuevamente, y se hacía un repaso completo, por ejemplo, a la obra de Mendelssohn.

BRENDEL interpretando los Impromptus de Schubert
Mientras, en el de La Zarzuela de Madrid se representaba la música de Mozart para los niños. Y en Barcelona, en el Palau Sant Jordi, se hacía una versión de  TURANDOT.
En el CD de marzo del 94 se editaban los IMPROMPTUS de Schubert, interpretados por Alfred Brendel, pianista londinense de análisis riguroso y pensador audaz, en palabras de Harvey Sachs.
Por otra parte, Schubert y la ciudad de Viena, la ciudad que le vio nacer, tienen una fecunda relación. ¡Qué contraste entre el autoritario Beethoven y el tímido Schubert!
Por esos días se hablaba del director Giuseppe Sinopoli que, además, era médico y docente. Decía que a Bruckner no se le podía interpretar con orquestas y directores latinos.
En España se iban ampliando las Fundaciones Culturales. Una de las más importantes era la Fundación Juan March. Pero estaban también la de La Caixa, la de Caja Madrid, la Coca Cola España, la de Ramón Areces, la del Orfeó Catalá, la Joan Miró, la Loewe, etc... La música se beneficiaría de todas ellas.
En la lírica mundial, Pavarotti y Domingo eran un verdadero duelo de titanes. Las casas discográficas y los periodistas los habían elevado al grado de mitos.
Y Jordi Savall, el músico español más internacional del momento, era el mago de la viola de gamba. Demostraba que la música clásica podía ser contemporánea, fresca y original.
Lisboa se convertía en capital europea de la cultura. Conciertos y exposiciones florecía ese año en la ciudad del "fado".

Alfonso Gil González


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