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miércoles, 14 de octubre de 2015

AMADEUS - 22

Inspiración oriental


A Bernstein lo definía Nuria Fontova como "el coraje, la música y el amor".
Por septiembre de 1994, intervenían en Andorra los hermanos Gerard y Lluis Claret.
Se editaba el CD de LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA de Igor Stravinsky. Una tradición musical eslava y un clima salvaje, en palabras de Franco Sprignoli. Y también LAS BODAS, con un estudio de Ernesto Esposito.
El debut histórico de la obra de Stravisnky fue el 29 de mayo de 1913. Recogía "todos los impulsos perturbadores del momento". El cine lo acogió. "Un rito primordial para un espectáculo de impacto", escribía Mario Pasi.
Y, naturalmente, se hablaba de Bernstein como "un americano en Europa". Había fallecido en 1990, y fue una de las personalidades más activas musicalmente del siglo XX.
También daba que hablar Julio Bocca, un bailarín argentino de danza clásica, que había creado el Ballet Argentino.
En el mundo de la voz, era conocido el barítono Wolfgang Holzmair, un austriaco con técnica impecable, timbre pastoso y fascinante, según lo describía Giangiorgio Satragni.
Un maestro oriental salía a la palestra, Ravi Shankar, músico hindú desde hacía sesenta años, un prodigio manejando los instrumentos cordófonos de arco.
En el mundo del piano seguía destacando Sviatoslav Richter, "un espíritu libre en un mundo de artistas", diría Alain Lompech. La "guerra fría" retrasó su salida de la Unión Soviética, pero, cuando se produjo, Occidente se rindió ante él.

Alfonso Gil González

La Consagración de la Primavera, con Bernstein

Las Bodas, de Stravinsky

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