Desde mi celda doméstica
Buscando...
lunes, 19 de octubre de 2015

MÍRAME, SEÑOR


MÍRAME



Mírame, Señor, que apenas veo 
el fondo de mi ser, morada tuya, 
y, antes que mi tiempo se concluya, 
de él debo sacar todo lo feo.

Ya no estoy como ayer, y titubeo, 
no evitando que el cuerpo se diluya; 
dime, pues, si tu vida fue la suya 
y no una historieta de tebeo.

¡Qué cerca está el final y qué dichoso 
el momento de verte cara a cara, 
y pongas tu señal sobre mi frente!

¡Qué lejos quedarán –qué doloroso-
los días en que, pobre, yo buscara
la luz de tu Beldad entre la gente!



Alfonso Gil González
Cehegín, octubre 2015
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