Desde mi celda doméstica
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jueves, 12 de noviembre de 2015

FLORECILLAS ALFONSINAS (Capítulo Nonagesimosexto)


Capítulo XCVI


El misterio humano

Comenzaba septiembre de 2007 con la presentación que mi padre hizo del VII Festival de Bandas de Música “Ciudad de Cehegín”. También con el Novenario a la Virgen de las Maravillas que, este año, predicaría su compañero el franciscano Antonio Puente Gallego. 
El destino de la humanidad es el banquete celeste, sin excepción.
Llegar a escuchar a Jesucristo es indicio de ser suyo.
No hay amor sin conocimiento, ni conocimiento sin amor.
Tras estas frases de los primeros días del mes, mi padre participaba en el Concierto con Banda y Coro que anualmente se daba, esta vez, el 6, en la Sala Camelot, con motivo de las Fiestas Patronales. Y escribe en su agenda: No hay término medio: o se es oveja de Jesucristo, o se es lobo contra Él.
Orar sinceramente por los enemigos es una buena prueba de que no lo son.
El 9, se acerca a Murcia con mi madre y abuela Flora para visitar a mis hermanos: uno en Patiño; otro en la capital. Al día siguiente, dirige, en Cehegín, la Misa Solemne de Gounod, con coro y orquesta, en honor de la Patrona. Y escribe en su diario: No hay cosa que más agobie y canse que no trabajar por el reino de Dios.
No hay mayor locura que la no conformidad de nuestra voluntad con la divina.
Todo hombre tiene un dinero en cuyo servicio se comporta desleal respecto al que debe a Dios.
Sólo es “pedro” quien está fundamentado en la Roca-Cristo. Sobre ella se sostiene la Iglesia.
La fe siempre es creer sin ver. Y, a veces, a pesar de ver.
El 15, marcha a cantar con el Coro a la ciudad de Lorca, a la iglesia de San Francisco, con motivo de la festividad de la Virgen de los Dolores, titular del Paso Azul.
Dejad que los niños se acerquen a Cristo. He ahí la más bella labor educadora.
No hay obreros suficientes para cubrir el inmenso campo del mundo. Sólo Dios puede hacer de las piedras hijos de Abraham y obreros de su viña.
Como la serpiente engulle a la paloma, así los sagaces a los sencillos. ¿Cómo ser ambas cosas a la vez?
El 21, inicia mi padre la confección de un “diccionario cofrade”. Y escribe en su diario: Parece fácil, pero el perdón es de lo más difícil que puede ejercitarse. Ese día, asiste al funeral por el eterno descanso de su primo Alfonso Corbalán Gil, en la iglesia conventual. Y sigue escribiendo en su agenda: Fiarse de Dios es la mayor bendición que pueda alcanzarse.
No hay posibilidad de estar cansado o agobiado en el corazón de Cristo.
Cada venida al mundo, cada nacimiento es un mensaje de salvación.
Servir y dar la vida es vivir eternamente, sin derrota.
La misericordia hace perfectos y santos a los más grandes pecadores.
Septiembre se cerraba con la Procesión de san Francisco por las calles del barrio del convento. Desde un tiempo atrás, y siendo él presidente, la Junta Central de Cofradías participaba de la misma. El mes de octubre lo inicia así: Al hombre le toca pedir y a Dios le toca dar. No al revés.
Aunque sean innumerables sus criaturas, Dios sólo tiene una filiación.
No puede concebir a Dios un corazón repleto de caprichos.
La liberación no viene de abajo, sino del cielo. Elevemos nuestras cabezas. El no saber cuándo vendrá nos obliga a estar siempre en vela.
En clave universal hemos de leer a Cristo.
Ni el corazón sabe pensar, ni el cerebro sabe amar, pero ambos nos son imprescindibles.
Sola la fe hace bendito al hombre sobre todos los incrédulos.
Todo amor que espera recibir se hace sospechoso.
El 12, como cada año, recibe la invitación de la Guardia Civil para asistir a la Misa de su Patrona, la Virgen del Pilar. Asiste, con tal motivo, a la izada de la bandera española en el pórtico de la Casa de la Cultura. Y, luego, en el restaurante “La Muleta”, a la comida fría. Y escribe al llegar a casa: Nadie es más que nadie, ni menos. Los actos del día le impidieron acudir, en Hellín, a la Profesión Simple de la clarisa sor Marta Galdámez Lemus. Al día siguiente, 13, pasa el día con el Coro “José Limón” de Calañas (Huelva), que participa con el “Ciudad de Cehegín” en el Concierto y Misa de la tarde, celebrados en el Convento. Todos juntos cenaron en el restaurante antedicho. 
El 15, vuelve a las frases meditativas: Creerse superior es el mejor indicio de estar por debajo.
Nadie que conozca a Cristo ignora lo que es amor.
No creo que haya dicha mayor que la de haber encontrado a Jesucristo.
Que Dios sea santificado en nosotros: he ahí nuestra tarea más noble.
El cristiano es el centinela del mundo: él vigila mientras el mundo duerme.
Hoy todo se soluciona a “banquetazos”, pero ni limpios ni para los pobres.
El reino de Dios ya vino. Lo que hay que hacer es reinar.
Todo cuanto hacemos sin que Dios nos lo pida sale mal.
Si de Dios es la elección, estamos salvados.
El 26, se acerca a Caravaca para dirigir a la Coral Santa Elena en el homenaje que el Ayuntamiento hace a su paisana de adopción, Soledad Pulido, por su dilatada e intensa entrega a los demás. Luego, hubo aperitivo en la hospedería de los carmelitas. Y papá escribe: A veces olvidamos que hay “padrenuestro” porque hubo “avemaría”. El 28, en Roma, se produce una beatificación masiva de mártires españoles entre los años 34 al 39 del pasado siglo. Y escribe en su agenda: ¿Cómo ser cristiano sin seguir a Cristo crucificado?
Como el médico entre enfermos, así el cristiano entre los pecadores.
El 30, le llama FLI para que escriba su historial clínico. Se encontraba muy mal. Tras hablar con el doctor de éste, Galiana Cela, se marchó a Murcia para ser ingresado, pero regreso nuevamente a Cehegín. Papá se trajo a casa a su hijo pequeño. A la mañana siguiente, sonaba el teléfono con la trágica noticia de un intento de suicidio del padre, cortándose el cuello. Mi padre se personó en su casa. Llevado FLI a La Arrixaca de Murcia, le curaron sus múltiples heridas y lo sacaron de peligro. Sus hijos comieron en casa con nosotros. Papá escribiría: Ser hombre no es otra cosa que un caminar hacia Dios
Y así concluía octubre de 2007.



La carta de Don Joaquín

Estos primeros días de noviembre de 2007 seguía FLI jr. entre nosotros hasta que su padre regresara a casa restablecido de sus heridas físicas, que no de las psicológicas. El padre Alfonso escribiría: Los santos son la levadura que, desde dentro, hace fermentar la masa humana.
Los difuntos son la prueba de que nada sirve servir al dinero.
¡Ay de mí si Dios no me hubiera llamado!
Dios en mí y yo en Él: he ahí el cielo.
El 7, acompañando a la Coral Santa Elena de Caravaca, va a la Fuensanta de Murcia y a Alcantarilla. Aquí, participan en un encuentro coral con los mayores del IMAS, edificio que estaba adjunto a la Residencia de Ancianos. En Alcantarilla comieron y pasaron el resto de la tarde. Y papá escribió en su agenda: No hay fe donde hay visión. Si Dios diera lo que el ego pide, no sería Dios.
Nada tan consolador como decirle a Cristo que se compadezca de mí.
El 10 y el 11, está mi padre con el Coro Ciudad de Cehegín en viaje por Ubeda y Baeza, en la provincia de Jaén. Descansaron en el Hotel “Aníbal”. Entre otras muchas cosas, visitaron la Basílica y Museo conventual de San Juan de la Cruz, y la Sacra Capilla de El Salvador, salpicando de cantos polifónicos el ámbito de múltiples lugares y edificios famosos.
De vuelta a Cehegín, deja escrito en su diario: Ser testigo de Cristo: he ahí la única misión de la Iglesia.
Este mundo tiene un príncipe que no es Jesucristo.
Y añade refiriéndose a no sé qué casa: Lo que sucede con esa familia, Señor, pienso que lo llevan en los genes. Hasta el más pequeño. Claro que, hoy, familias así proliferan por doquier. Es una situación general que contrasta con un mundo que considerábamos cristiano equivocadamente.
Y esa tarde, del 13, le visitan dos “testigos de Jehová”, cehegineros ambos, que tenían un concepto muy curioso del paraíso terrenal, no entendiendo nada del cielo. Y escribe, el 15: El miedo se produce cuando nos identificamos con nuestro cuerpo.
¿De qué sirven los consejos del Evangelio si no se viven sus mandatos?
Cuando el ego se convierte, muere; si no muere, no hay conversión.
La prueba del discipulado está en la Cruz, no en el Tabor.
La confianza o fe aumenta con la consciencia de ser hijo.
Dentro del Hombre está Dios, la Creación y la Parusía.
La paradoja está en que, habiendo nacido todos para Cristo, algunos odian su Meta.
Nada hay perdido mientras sea Dios mismo quien lo busca.
El 27, va con la junta directiva de la Semana Santa a Cartagena. Les acompaña el alcalde de Cehegín. En el Ayuntamiento de Carategena fueron recibidos por la alcaldesa, Pilar Barreiro, que aceptaría ser la pregonera de la Semana Santa de 2008. Les obsequió con una corbata, reloj y bolígrafo. De vuelta a casa, escribe en su agenda: Si buscas a Dios, encuentra al hombre. 
Ese mismo día, su amigo Joaquín Alarcón, del que hablé en su momento, le había enviado la siguiente carta: Querido Alfonso: Aunque supongo que vendrías al Congreso de Cofradías, te mando el programa por si te hubiera sido imposible el asistir.
Te mando también el discurso que pronunció el cardenal Ryko en la apertura de curso de la UCAM que, como verás, fue maravilloso. Supongo que te ayudará en tu vida apostólica.
Aunque hace 42 años que salí de Cehegín, sigo siguiendo la marcha de nuestra querida ciudad y me alegra que los católicos militantes vayáis viviendo vuestro bautismo que, como sabes, lleva dos exigencias: la de ser santo y apóstol. Ya sabes que la santidad es para todos los bautizados.
Yo me permitiría darte una consigna, aunque ya la haces: trasmitir la fe a quien no la tenga o la tenga débil. Y esto de tres maneras: primero, con el testimonio de vida; la gente está cansada de sermones y quiere que se le predique con la vida. Segundo, con la oración, ya que si no nos llenamos de Dios, no podremos dar a Dios. Y tercero, con las palabras oportunas, cuando así convenga.
Y nada más por esta. Un fuerte abrazo de tu hermano y amigo.
Era una forma bellísima de acabar el mes de noviembre de 2007, que mi padre Alfonso cerraba con estas palabras: Nadie puede mantenerse de pie ante el Señor, y menos yo.

En alabanza de Cristo. Amén.   

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