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martes, 1 de diciembre de 2015

AMADEUS - 31

Oración cantada


Musicalmente, el mes de junio de 1995 estaba dedicado al canto gregoriano. Los críticos musicales hablaban de ello.
El CD correspondiente también estaba dedicado a esta música eminentemente sacra, en que podíamos escuchar el "Puer natus est", "O magnum mysterium", "Alma Redemptoris", etc...
Todos los musicólogos coincidían en que el Gregoriano es un canto universal, con cerca de tres mil melodías que reflejaban su carácter plurisecular.
La paz interior está entre las razones y motivos del arrollador éxito del canto gregoriano. Y ello a pesar de que no siempre los coros que lo interpretan estén a la altura que deberían. De manera que se editaron las DIEZ REGLAS para una perfecta interpretación del canto gregoriano:
1- Actitud espiritual.
2- Actitud corporal serena.
3- Homogeneidad del sonido.
4- Cantar ligadamente.
5- Dinamismo y fraseo.
6- Respiración silenciosa.
7- Escritura neumática.
8- Pausas flexibles.
9- Comprensión del texto latino.
10- Secuencia modal al estilo eclesiástico.
Pero, ese mes de junio, se escribió, igualmente, sobre la Danza como "un intenso y multicolor mundo de emociones".Se consolidaba el concepto de "danza-teatro" debido al esfuerzo de Pina Bausch.
El violinista Frank Peter Zimmermann era invitado a tocar en Sevilla.
Plácido Domingo cantaba la ópera "Stiffelio", de Verdi, en La Zarzuela de Madrid. Y otras dos grandes voces, como la Juan Pons y Ángel Ódena,cantaban en Barcelona.
Toda Europa había convertido ese verano del 95 en una inmenso Festival, desde Alemania a Turquía, pasando por Bégica, Checoslovaquia, Italia, Luxemburgo y Noruega.
A sus 67 años, Sir Colin Davis dirigía la música de Mozart con la Orquesta Sinfónica de la radio de Baviera.

Alfonso Gil González

Abadía de Solesmes cantando gregoriano en 1930


Abadía de Santo Domingo de Silos en 1972


Los de Solesmes, en 1950

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