Desde mi celda doméstica
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sábado, 2 de abril de 2016

MIS APUNTES PATRIOS (XX)

La España de posguerra


Con la entrada de las tropas alemanas en Polonia, estallaba la Segunda Guerra Mundial, en la que España se definió como neutral. Era septiembre de 1939. Era una situación que pasó a ser de “no beligerancia”, ante la situación en el Mediterráneo, en junio de 1940. Meses después, el 23 de octubre, Hitler se entrevistaba con Franco en Hendaya. Había dificultad en llegar a acuerdos concretos, a causa de la desconfianza de Franco, según se desprende de las notas oficiales de uno y otro Gobierno. 
Franco se entrevista, después, con Mussolini, el 12 de febrero de  1941, en Bordighera, pero sólo hubo “identidad  de puntos de vista sobre lo que pasaba en Europa”. Hitler le había enviado una carta a Franco, insistiéndole en que entrara España en la guerra, pero Franco le puso una condición imposible de llevarla a cabo: el cierre de Gibraltar y la caída de Suez en poder alemán (La Nación, 5 de marzo del 46).
Alemania declaraba la guerra a la Unión Soviética, y la noticia llenó de júbilo a los falangistas manifestados en Madrid. Ocasión que aprovechó Serrano Súñer para decirles que, siendo Rusia culpable de nuestra guerra civil, de la muerte de José Antonio y la de tantos…, había que exterminar a Rusia (La Prensa, 24 de junio del 41). El caso es que la División Azul era recibida triunfalmente en Berlín, comandada por el general Agustín Muñoz Grandes.
El 17 de julio de 1942, Franco decide la creación de las Cortes Españolas con estas palabras: El contraste de pareceres, la audiencia de aspiraciones, la crítica fundamentada y solvente deben contribuir a la vitalidad, justicia y perfeccionamiento del Derecho positivo de la Revolución y de la nueva economía del pueblo español (La Prensa, 18 de julio).
El 8 de noviembre de 1942, con motivo del desembarco de las fuerzas aliadas en el norte de África, el presidente Franklin D. Roosevelt escribe una carta a Franco asegurándole el respeto por su neutralidad y que “España nada tiene que temer de las Naciones Unidas. Esa neutralidad queda ratificada por el Gobierno español el 1 de octubre de 1943, tras el informe que recibe Franco de la situación europea.
Como los últimos rojos infiltrados habían vuelto a cruzar la frontera española, fueron rechazados por las tropas de guarnición en Cataluña, mandadas por el general Moscardó, quedando el Valle de Arán completamente limpio de “maquis”, según Cifra del 31 de octubre de 1944.
El 14 de julio de 1945 quedaba promulgado el Fuero de los Españoles con todos sus derechos y deberes. Pero en Potsdam, la Conferencia de los tres grandes (Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética) hacían una declaración de principio contra el régimen español, al proyectar el futuro de la Organización de las Naciones Unidas. Impedían así su ingreso en la ONU (Conferencia de Berlín, 17 de julio a 2 de agosto de 1945). Y, como la delegación norteamericana recomendara que el gobierno del general Franco fuera excluido de cuantas agencias la ONU organizara, éste protestó con la siguiente nota: En España las libertades fundamentales de la persona humana son definidas, respetadas y protegidas, y, en cuanto a las libertades políticas, las que el régimen reconoce son mucho más sinceras y están muy por encima de las fingidas declaraciones democráticas de algunos países que llevan la iniciativa en la acusación (EFE, 4 de diciembre de 1946).
Con tal motivo, en Madrid se organizaba una descomunal manifestación contra el acuerdo de las Naciones Unidas. Y, desde el balcón del Palacio Nacional, Franco, entre otras cosas, dijo: Nadie tiene derecho a mezclarse en lo que es privativo de cada nación (9 de diciembre del 46). La respuesta de la ONU no se hizo esperar. Por 34 votos a favor, 6 en contra y 14 abstenciones, se aprobó la retirada de los embajadores de Madrid (Efe, 13 de diciembre del 46).
Es el 31 de marzo de 1947 cuando Franco promulga el Proyecto de Ley Sucesoria, bajo este epígrafe: ESPAÑA ES UN ESTADO CATÓLICO Y SOCIAL QUE SE CONSTITUYE EN REINO. El futuro rey o regente habrá de tener, al menos, 30 años de edad, ser español y católico y jurar las leyes fundamentales de la nación española.
El 5 de noviembre de 1950, se producía un cambio importante en las relaciones del Gobierno del general Franco con el resto del mundo. Se derogaba la resolución de la ONU contra España. Y sería la “guerra fría” entre Estados Unidos y la Unión Soviética la que permitiera la firma de un Convenio para la defensas mutua entre España y los Estados Unidos, firmando éstos una ayuda económica y técnica que, a partir de 1951, permitiría un progreso tal que situaría a nuestra nación entre las más industrializadas del mundo, con el consiguiente bien social de los españoles. Todo quedaría perfectamente resuelto el 2 de septiembre de 1953. Y, ese mismo año, se firmaría otro documento internacional de decisiva importancia: el Concordato con la Santa Sede.  Por fin, el 15 de diciembre de 1955, España entraba en la Organización de las Naciones Unidas con la totalidad de votos de la Asamblea General, menos las abstenciones de Bélgica y México.
El 18 de marzo de 1966, se aprobaba la ley que establecía el principio de libertad de Prensa e Imprenta, siendo ministro Fraga Iribarne. Más tarde, se presentaba la Ley Orgánica del Estado, que sería sometida a un Referéndum nacional, por la que Franco designaba al príncipe Juan Carlos de Borbón y Borbón como su sucesor a título de Rey. Esta ley entró en vigor el 23 de julio de 1969. Lo demás, ya es bien conocido. Franco muere el 20 de noviembre de 1975. Dos días después, le sucede el rey Juan Carlos I. Su largo período de reinado coincide con el tiempo democrático español, alternándose en el Gobierno partidos de derechas y de izquierdas. El rey Juan Carlos abdicó en la persona de su hijo Felipe, que advino al trono con el nombre de Felipe VI.

Alfonso Gil González

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