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viernes, 20 de mayo de 2016

DIÁLOGOS ECLESIOLÓGICOS... 2

La Iglesia antes de Constantino

El cristianismo primitivo es un movimiento lleno de entusiasmo, que evolucionó muy rápida y pluralmente. Constantino confirma y culmina un proceso que estaba en marcha probablemente desde Pablo de Tarso. Así se expresaba Rafael Aguirre Monasterio, allá por 1983. Filósofo, teólogo y biblista, daba una conferencia sobre la Iglesia del Nuevo Testamento y preconstantiniana.
Muy frecuentemente, decía, los movimientos sociales tienden a idealizar sus orígenes. También Lucas presenta en los primeros capítulos de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES un cuadro fuertemente idealizado de la comunidad cristiana primitiva.
- La primera pregunta, por tanto, debe girar, sobre la comunidad cristiana de Jerusalén.
La experiencia pascual dio un nuevo impulso a los seguidores de Jesús entre los que destacan sus discípulos, algunas mujeres y sus parientes. Era un grupo judío con características propias, "la secta de los nazarenos". Parece que el grupo de los Doce tuvo un papel destacado, aunque por breve tiempo y sin que precisar exactamente en qué consistió. En la comunidad de Jerusalén existía la institución de los "presbíteros", que era una copia de la organización existente en la sinagoga y que rápidamente se introdujo en las iglesias judeocristianas.
El texto de Lucas nos permite conocer la existencia en la comunidad cristiana de Jerusalén de fuertes tensiones entre los "hebreos" y los "helenistas". La solución del conflicto arbitrada por los Apóstoles fue la de dar a los helenistas una organización propia y aparte de los hebreos, poniendo a su frente a siete personas, todas con nombre griego, a los que impropiamente se denomina "diáconos", entre los que Esteban ocupa el primer lugar. La función de estos diáconos no se limitaba a servir a la mesa, sino que era respecto de los helenistas de la misma naturaleza que la de los apóstoles respecto a los hebreos.
El cristianismo de los helenistas se caracterizaba por una actitud más crítica y libre con el Templo de Jerusalén y con las costumbres judías en general. estos helenistas tienen una importancia enorme para el desarrollo de la Iglesia. Pero lo que iba a ser decisivo fue la constitución por los helenistas de la comunidad cristiana de Antioquía en Siria.
- Explíquese, Don Rafael.
Los helenistas de Antioquía y Pablo constituyen el hilo del cristianismo y de la Iglesia que prevaleció históricamente. Es clave comprender la función histórica de Pablo en el desarrollo de la Iglesia. Tiene una estrategia apostólica muy clara: fundar iglesias en las ciudades importantes y estratégicamente bien situadas para, a partir de ellas, influir en toda una región. Pablo introdujo entre las capas bien situadas de la población lo que había comenzado como un movimiento de gente pobre. Pablo fue también decisivo para la inculturización del cristianismo en el mundo griego. La casa, estructura básica de aquella sociedad, se convirtió en la estructura básica de la primera Iglesia.
Por otra parte, la proclamación de la no necesidad de la circuncisión era la condición de posibilidad para que el cristianismo pudiese ser una religión universal y para todos.
- Nos imaginamos el conflicto con los judeocristianos.
Sí, los conflictos con los judíos alcanzaron tremenda virulencia a partir del año 70, pues con la destrucción del Templo el judaismo entró en una dramática crisis de identidad. La Iglesia, por su parte, se fue organizando independientemente como nuevo Israel. Y también hubo conflictos con el Imperio romano, porque el carácter exclusivista y universal del cristianismo le convertía en un rival de la ideología imperial. Y se produjeron las famosas persecuciones. Pero, además, hubo un proceso interno al propio cristianismo, perfilado en su teología y organización. Aparece el concepto de Tradición y, más tarde, el de canon del Nuevo Testamento. La Iglesia hubo de triunfar sobre el sectarismo y el misticismo. Y surgen figuras como Orígenes, Tertuliano, Hipólito y Novaciano, cuya pureza y radicalidad les colocaba casi fuera de la Iglesia misma. De modo que, con la libertad constantiniana se heredaba un sentido realista y encarnacional de Iglesia, asumiendo lo mejor de la secta y lo mejor de la mística, a fin de poder ser creyente en una sociedad laica y responder al clamor de justicia de los pobres de la tierra.

Alfonso Gil González
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