Desde mi celda doméstica
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domingo, 22 de mayo de 2016

ESCATOLOGÍA CRISTIANA... 2

Muerte y esperanza


Hablábamos con Juan Luis Ruíz de la Peña, sacerdote asturiano y Premio especial de su licenciatura en la Universidad Gregoriana de Roma. Sabemos que se mueve en la Escatología, y nada más escatológico que la muerte "esa cualidad metafísica de la realidad del ser humano que llamamos finitud". Nos habla en tres o cuatro tiempos:
1- La pregunta sobre la muerte es la pregunta sobre el sentido de la vida. La vida humana tiene sentido en la medida en que lo tenga su muerte, y viceversa. Es también la pregunta sobre el significado de la historia. Lo es, además, sobre los imperativos éticos de justicia, libertad y dignidad. Por tanto, sobre la dialéctica "presente-futuro". Es la pregunta sobre el sujeto de la esperanza, es decir, sobre la persona que la ha de soportar un día. Porque hay dos preguntas radicales: ¿Quién soy yo? y ¿qué será de mí?.
2- El camino recorrido por el Antiguo Testamento hasta llegar a la doctrina de la resurrección ha sido largo y atormentado. El punto de partida era una acendrada religación a la vida temporal y a sus bienes. El muerto era un excomulgado; estar en el "sheol" era habitar en el silencio. ¿Dónde, cuándo, cómo retribuye Dios al hombre? La primera respuesta fue que Yahvé sanciona el bien y el mal, la fidelidad y la infidelidad. Si Dios es el señor de la vida, ha de serlo también de la muerte y de los muertos.
3- Contra los saduceos polemiza Jesús: Dios no lo es de muertos, sino de vivos. La idea de la resurrección surge como explanación de la idea de Dios. El texto clave de la teología paulina de la resurrección es el capítulo 15 de Primera a Corintios. Conviene advertir que "cuerpo" en Pablo denota siempre al hombre entero. Resucitamos porque Cristo ha resucitado y a imagen de Cristo resucitado. Podría decirse con toda verdad que Cristo resucitado no está completo hasta que resuciten todos los que integran su "cuerpo".
4- La idea de resurrección representa una oferta inédita en el mercado de las ideologías. lo que, como es obvio, no facilitaba las cosas a la proclamación cristiana de la resurrección de los muertos. El último artículo del Credo se deriva estrictamente del primero, "Creador de todo lo visible y lo invisible". El cuerpo es, por consiguiente, realidad tan digna, auténtica y cabal como el alma. O hay victoria sobre la muerte o no hay victoria sobre la injusticia. La libertad de Jesús para morir se entiende desde su insuperable certeza de resucitar.

Alfonso Gil González
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