Desde mi celda doméstica
Buscando...
lunes, 8 de agosto de 2016

APRENDER LA DIFERENCIA

Aprender la diferencia


De muy niño aprendí la diferencia 
de las cosas de aquí a las del Cielo; 
si por éstas se tiene tanto anhelo, 
las de acá sólo dan indiferencia.

Es, por ello, que tengo la paciencia 
de no guardar la caña ni el anzuelo, 
y esperar cada día que el señuelo 
me dé del mar de Dios algo de ciencia.

Aún veo mi cesto tan vacío, 
tan falto de alimento sobrehumano, 
que me da por llorar, mas me sonrío

viendo cómo mi esfuerzo cotidiano, 
en medio de este mundo, que es un lío, 
lo bendice, oh mi Dios, tu santa mano.



Alfonso Gil González
Cehegín, 2013

Compartir en :
 
Back to top!