¡A las Terceras!
Desgraciadamente, constato que los socialistas siguen sin ponerse de acuerdo. Esto no es bueno para España. Peor aún sería que se identificara socialismo con la izquierda marxista y recalcitrante, que tanto dolor ha generado y genera en la vida de los pueblos sencillos que sólo desean igualdad, libertad y fraternidad.
Me temo que, hoy, España contempla estupefacta la presencia de un cancerbero que ni come ni deja comer, y lo peor que no deja comer porque él no come, que si él comiera… al menos dejaría migajas para los otros canes.
Si esto sigue así, vamos hacia las Terceras Elecciones en el espacio escaso de un año. Y a lo mejor es lo que más conviene. A ver si, de una vez por todas, los españoles dan absoluta confianza al partido más votado, y éste puede gobernar con esa mayoría absoluta que permita estabilidad, seguridad, trabajo y progreso para todos.
Es evidente que, haya los partidos que haya, éstos se reducen a dos concepciones distintas de la vida. Y, por tanto, los españoles tienen que decidir qué concepción de la vida responde mejor a su dignidad de seres humanos. En el fondo, la política no es más que filosofía de la gobernabilidad posible, y cada votante un filósofo, muchas veces venido a menos, que no llega a entender cómo los que parecen estar llamados a servirles, que son los políticos, no se ponen de acuerdo en algo tan sencillo y fundamental como atender las verdaderas y auténticas necesidades de los hombres.
Y es que toda división y falta de entendimiento procede no del servir, sino del querer ser servido, del querer mandar a toda costa, del querer estar por encima de los demás, del sobresalir. ¡Cuán bien harían a nuestra clase política unos serios y profundos ejercicios ignacianos! Pero como sé que no me van a hacer caso, yo les digo: ¡Vayamos a unas Terceras Elecciones!
Alfonso Gil González
