Modelos de catequesis
Siguiendo las clases de mi profesor Pascual Maymi, entendí que había estos modelos catequéticos que, lógicamente, precisaban opciones fundamentales:
- El modelo de la pedagogía clásica o tradicional. Se preocupa especialmente por el orden, la disciplina y la tradición. El centro lo constituye la enseñanza. Tiene como resultado una orientación muy nocional y teórica. Aplicado a la catequesis, se llegó a la siguiente estructuración: Hay tres grados esenciales sucesivos: sentidos, inteligencia, voluntad; y varios grados complementarios posibles: el punto de partida, la imaginación, el resumen y la resolución.
- El modelo de la pedagogía activa. Emplea el método inductivo y las actividades. Aplicado a la catequesis, aporta un dinamismo inductivo: partir de la experiencia, anuncio de la Palabra, testimonio y actividades.
- El modelo de las situaciones humanas. A través, principalmente, de las siguientes etapas: evocación de la experiencia, ampliación y profundización, significación cristiana y respuesta personal.
- El modelo de la búsqueda en grupo. Se propone que la reflexión avance según el ritmo del mismo grupo concreto, aquí y ahora. Aplicado a la catequesis, suscita muchos interrogantes: ¿Es la fe un punto de referencia? ¿cuál es la función del catequista? ¿hacia dónde camina la catequesis si es el grupo el que va abriendo camino?
- El modelo de la educación personalizada. Es muy amplio, pero sus aportaciones principales podrían ser éstas: Primacía de la persona y de la vida sobre el saber y el rendimiento, la persona como vocación y tarea -el hombre visto principalmente como interlocutor libre y singular ante Dios; un cristianismo visto como la progresiva revelación y realización profunda del hombre-, la persona como apertura a la comunidad, una nueva imagen de educador y catequista, nuevas orientaciones metodológicas -como la primacía de lo esencial, no compartimentar los saberes ni la formación, importancia insustituible del compromiso, partir de la experiencia y capacidad de adaptación al mundo- y los problemas principales de una educación de la fe que apuntan hacia la no directividad.
Alfonso Gil
