El Adagio
Según el comentarista musical de Planeta-Agostini, el término "Adagio", que equivale a "Despacio", "lentamente", guarda dos acepciones de significado musical. La primera, de carácter dinámico, se refiere a la expresión de la música y al momento en que ésta debe alcanzar un clima meditativo, profundo, con una andadura que le lleva a resolverse entre el "andante" y el "largo". Dada la emotividad de los pasajes "adagio", no es extraño hallar adjetivos que le acompañen con el propósito de reflejar el ideario musical de una obra; así, es bastante frecuente leer en algunas partituras "adagio sostenuto", "adagio cantabile", "adagio appassionato". Con razón, un músico como Glenn Gould afirmaba que las indicaciones "adagio" son las que someten al intérprete a una valoración objetiva, ya que la técnica deja de ser prioritaria para dar paso, a través de un lenguaje musical desnudo, esencial, a la descripción de los estados anímicos.
Aunque las indicaciones de tiempo comenzaron a especificarse regularmente a finales del siglo XVIII, un siglo antes figuran en ciertas obras señalando la ralentización de la música en la parte conclusiva de un movimiento. Por eso será duranrte el período medio del Barroco, esto es, en época de los compositores como Vivaldi, Bach y Telemann, cuando el apelativo "adagio" -y ya dentro de la segunda acepción- adquiera un significado análogo al de hoy: el de un movimiento grave, expresivo y melancólico, que protagoniza el tiempo lento de una obra adscrita a la forma sonata, sinfonía, concierto o cuarteto.
Hay aquí algunos ejemplos de famosos "adagios", famosos y eternos:
Albinoni
Bach
Beethoven
Tchaikovsky
Mozart
Mahler
Alfonso Gil
