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viernes, 31 de marzo de 2017

CURSO CATEQUÉTICO... 9

El sujeto de la catequesis

La fidelidad a los catequizandos que tenemos delante implica tener en cuenta su psicología, sus coodenadas sociológicas, su vocación cristiana a la santidad y la individualidad irreductible de cada persona.
El catequista debe tener presente la antropología bíblica, que sitúa al hombre inmediatamente frente a Dios, siendo su modelo no Adán, sino Jesucristo.
El hombre no se realiza en la soledad sino en el amor.
Se puede estructurar la visión del hombre en torno a dos polos principales de referencia: el mundo y el tiempo.
El hombre es un ser en desarrollo.
La antropología puede ofrecer a la catequesis tres valiosas aportaciones: La "función crítica", la "función constructiva" y la "función metodológica".
Tener fe es reconocer en Jesucristo el don de Dios y acogerlo con un conocimiento afectuoso y comprometido.
Nuestra primera preocupación tiene que consistir en que la catequesis sea de veras buena nueva.
Se puede decir que la vivencia cristiana prepara la comprensión de la Palabra y también que la completa.
La eficacia de la acción educativa depende de la mentalidad, pero la mentalidad depende del ambiente, de lo social.
El problema fundamental que se le plantea al catequista consiste en que haya integración entre la situación vital del sujeto y la vocación cristiana total..
En el campo de la pedagogía catequística el estudio del sujeto interesa cada vez más. Los intereses del destinatario son el mejor indicador de lo que tendría que ser el contenido de un programa.
La preocupación catequística por el sujeto tiene que abarcar los aspectos evolutivos.
La catequesis tiene que durar toda la vida e intensificarse entre los adultos.

Alfonso Gil
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