Desde mi celda doméstica
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martes, 19 de septiembre de 2017

CANCIONERO MUDO... 21

El falso tesoro

Seguimos leyendo o escuchando aquellas palabras del Sermón de la Montaña, que Mateo recoge en el capítulo 6, 19-34 de su evangelio, y que nos invitan a despreciar lo que no tiene auténtico valor y a preocuparnos por lo verdaderamente importante.
Así, es un error poner el corazón en los tesoros de la tierra, y un acierto buscar y atesorar los celestes, advirtiéndonos que nuestro corazón está allí donde considera que está su tesoro.
El texto pasa, luego, a que seamos limpios en nuestras formas de ver las cosas. Lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Si éste está limpio, todo nuestro ser queda iluminado. Y al contrario: si no miramos con sencillez y limpieza, todo en nosotros queda entenebrecido.
Y luego el Señor da un paso más: Nadie puede servir a dos señores. Por tanto, no podéis servir a Dios y a los ídolos que satisfacen vuestros deseos.
El siguiente paso lo hallamos a partir del versículo 25: la despreocupación de lo perecedero y la confianza en la providencia divina. ¿Acaso no valéis más que los pájaros? Si Dios se cuida de ellos, ¡cuánto más de vosotros! Si Dios viste los lirios de belleza que ni Salomón pudo conseguir, ¡cuánto mejor os vestirá a vosotros, hombres de poca fe!
Y ahora viene la razón fundamental: BUSCAD PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA y todo se os dará. No os preocupéis del mañana, que cada día ya trae su afán.
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