Desde mi celda doméstica
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lunes, 7 de mayo de 2018

APUNTES TEOLÓGICOS... 7

La voluntad de Dios

Con motivo de la enfermedad de nuestro hijo, no hay día que no llegue a nuestros oídos "pedimos para que se cumpla la voluntad de Dios".
Y entiendo que esa voluntad, en este caso, tiene una doble vertiente: que se cure o que se lo lleve.
Sin embargo, me cuesta creer que la "voluntad de Dios" sea tan simple, tan délfica. Es decir, que si se muere es porque Dios ha querido, y si sana es porque Dios ha querido. Puestos así, desde luego, pase lo que pase siempre se haría la voluntad de Dios. Pero para eso no sería necesaria la oración.
La "voluntad de Dios" debe ser otra cosa. 
Cuando rezamos el "padrenuestro", siempre decimos "hágase tu voluntad". Por cierto, una voluntad que debe cumplirse en la tierra de semejante manera a como se cumple en el cielo.
Este asunto de la "voluntad de Dios" le fue presentado al propio Jesús.
Jesús vino a cumplir la voluntad del Padre, en él mismo y en el mundo. Pero, ¿cuál es esa voluntad inequívoca? "La voluntad de Dios es vuestra santificación".
Cuando aquel joven dijo "Maestro bueno", el Maestro le contestó que sólo Dios es bueno, es decir, que sólo Dios es santo.
Ahora bien, si la voluntad de Dios es nuestra santificación, eso quiere decir que debemos ser santos como Dios es santo. Y si santo es lo perfecto, lo no va más, Jesús insistió en esa perfección al decirnos que fuéramos perfectos como el Padre, y lo concretaba apostillando que la perfección es la misericordia para con todos. Porque Dios hace llover o salir el sol sobre justos y pecadores.
No es de extrañar que el evangelista Juan defina a Dios como "el Amor". La misericordia y el amor es la misma cosa. "Dios es amor". Su voluntad es amar. Ni sabe ni puede hacer otra cosa que lo que Él mismo es. Ni tampoco puede decir otra cosa que "amaos como Yo os he amado". Y si ese es el mandato nuevo y definitivo, ahí está expresada toda su Voluntad.
Sí, esa es la voluntad de Dios sobre nuestro hijo enfermo, sobre nosotros y sobre cuantos rezan para que Dios sea glorificado en su sanación.
Y esto también es teología.

Alfonso Gil
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